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  • br Conclusiones Por lo tanto

    2018-10-26


    Conclusiones Por lo tanto el gasto público en México es capaz de estimular la inversión privada, sí y solo sí éste es usado en sectores productivos. De acuerdo al análisis realizado, se da una expansión del ingreso público por concepto de tributación por medio del aumento en IVA e ISR, mismo que fue utilizado en el pago de servicio de deuda, dicha distribución de recursos aunado K03861 cost políticas de equilibrio fiscal derivaron en un impacto negativo en la inversión privada. (Gráfica 8), (Gráfica 9).
    II. El nuevo regionalismo latinoamericano América Latina se caracterizó, en la década de los noventa y el primer lustro del presente siglo, por la euforia de implantar lo que muchos llamaron: “el regionalismo abierto” (De Lombaerde (2005), Garay (2006), Bouzas (2005), Devlin y Giordano (2004), Devliny. R, y Estevadeordal, A. (2001), Duran Lima y Maldonado (2005)). Los ejemplos más configurados de este tipo de regionalismo son: 1) el Mercosur, firmado en 1991 por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay y, 2) el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (tlcan), signado por Canadá, Estados Unidos y México en 1994. Se renovaron así las antiguas integraciones que sobrevivieron en la “década perdida” de los ochenta (can, Caricom, mcca), el Plan Puebla Panamá, o Iniciativa Mérida, o Plan Mesoamericano, firmado en 2001 por los nueve Estados del sureste mexicano y siete países de América Central, posteriormente se contempló a Colombia (González R.I. 2012). El Mercado Común de la Comunidad del Caribe (Caricom) modificado en 2001 (Desse y Dupy (2008)); posteriormente en el año 2004 Estados Unidos propone un Acuerdo de Libre Comercio con América Central (Aleac). Un año antes, 2003, se había configurado dr-Cafta (Dominican Republic American Free Trade Agreement, en inglés) o el tlc (Tratado de Libre Comercio entre República Dominicana, K03861 cost Centroamérica y Estados Unidos, en español), conformado por Costa Rica, El Salvador, República Dominicana, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Estados Unidos. Naturalmente esta euforia por generar mayor apertura tiene que ver con el fracaso del viejo “patrón de acumulación” llamado Industrialización por sustitución de importaciones (isi), el cual tuvo dos claras etapas: la que va de principios de siglo veinte, impulsado radicalmente por la crisis de los años treinta y, eclipsado posteriormente, por la segunda gran conflagración mundial y particularmente después de la revolución cubana (González, R.I. 1988, 2012, 2014); esta isi eminentemente nacionalista, que alcanzaron muchos países de la región, tiene que ver con la producción de bienes de consumo. La segunda isi a Writhing number mediados de la década de los setenta, donde la producción de bienes de capital sólo la alcanzarán los países más grandes de la región Brasil y México, los demás hicieron los más grandes esfuerzos, pero se vieron limitados por la estreches de sus mercados internos, los tipos de cambio sobrevaluados, los proteccionismos que favorecían a las inversiones extranjeras directas (ied), lo que naturalmente limito la competencia en el ámbito internacional. Por este motivo, los organismos internacionales de posguerra en particular la cepal, en 1959, plantearon la creación de un mercado común latinoamericano, con la finalidad de obtener la libre circulación, de bienes, servicios y los factores de la producción (trabajo y capital). De esta idea nace en 1960, de la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (alalc), luego llamada la Asociación Latinoamericana de Integración (aladi, desde 1980), también el Mercado Común Centroamericano (mcca) y después el Pacto Andino. Esto era lo deseable, frente al déficit en cuenta corriente, el saldo negativo de la balanza comercial, por el deterioro de las exportaciones, el aumento de las importaciones y las galopantes inflaciones regionales (Bulmer Th., 1998). La realidad de estos esfuerzos fue que la integración que se concebía como un instrumento de apoyo al modelo isi, promovió una integración que, en los hechos, limitaba el comercio exterior, impedía resarcir el déficit, postergaba el cumplimiento de los acuerdos y la disminución de los aranceles del comercio entre vecinos y las tarifas arancelarias eran muy altas (mayores a 40% y con una alta dispersión estándar). Nunca se llegó al propuesto arancel externo común y menos a un mercado libre, como llegó a proponer la can para el 2005 (Quenan, C. 2001, Peixoto, J y Delich, V. 2010), puesto que la concepción de la isi, en contradicción con esta propuesta, protegía de los mercados internos. Tal vez quien tuvo una mayor apertura externa fue el mcca.